sábado, 11 de abril de 2020

Zenica Ex-Yugoeslavia

Era hacia Abril del 95 y era el director de una ONG que se dedicaba entre otros proyectos a la recolección y envío de ayuda de emergencia a zonas en conflicto, básicamente alimentos, en esta ocasión nos había contactado la Asociación de Celiacos de España que había recolectado alimentos para personas con esta enfermedad pues como ellos decían si en una guerra la comida escasea, la comida sin gluten era casi imposible de conseguir.

Después de muchas asambleas y reuniones, esta asociación era básicamente asamblearia y no se paraban las reuniones hasta que no se aprobaba lo que quería el presidente  Javier y su novia Inés, se decidió el grupo que iba a acompañar la carga hasta Zenica una ciudad Bosnia cercana a Sarajevo, y yo me encontraba entre ellos.

Hicimos una especie de jornada de información y entrenamiento en una casa en la sierra madrileña, en Zarzalejo, allí todo el grupo formado por 5 personas en el que algunos nos conocíamos y otros no convivimos e hicimos alguna suerte de terapia en la que expresamos nuestros mayores miedos….no había que olvidar que íbamos a una zona de guerra, no se me puede olvidar que el mayor miedo del que iba a poner y conducir la furgoneta era que esta se estropeara y nos dejara tirados…..el mío era que no pudiera soportar la presión y que me peleara con algún militar o policía…nunca he llevado bien la autoridad.

Un par de días antes de salir de viaje fuimos a la fabrica de Ausonia en Toledo, el comité de empresa había donado casi un trailer entero de compresas…como la comida que llevábamos era de apenas 2 palés pudimos llenar el camión con estos productos.

La furgoneta en la que ibamos a ir y que se estropeo
Y salimos de viaje, iríamos a Italia a Ancona por carretera allí cogeríamos un barco para Split y de allí otra vez por carretera hasta Mostar y Zenica, y como temía Jorge el conductor y propietario de la furgoneta que nos llevaba esta nos dejo tirada en Borges Blanques, antes de llegar a Barcelona, en fin, llegamos a BCN y allí alquilamos una furgoneta, como suena lo único que no les dijimos donde íbamos pero en Avis nos alquilaron la furgoneta sin rechistar. El camión con la mercancía nos esperaba en La junquera, allí nos juntamos y continuamos viaje hacia Ancona, un puerto Italiano en la costa del adriático con muchísimo trafico de ferrys a todos los puertos del Mediterráneo. Pasamos la noche en el Ferry y legamos por la mañana temprano a Split (Spalato para los Italianos) allí pasamos la aduana y fue una policía croata la que reviso nuestra documentación….no puedo dejar de decir que en realidad parecía una actriz porno disfrazada de policía para alguna escena, era una mujerona muy alta con una hermosa y larga cabellera castaña rizada sobre la que permanecía como un aditamento falso su gorra de policía, iba bastante maquillada….en fin….me resulto absolutamente asombroso.
 Pasamos la noche en Split en la sede de una ONG hermana a la nuestra y a la mañana siguiente continuamos el viaje por la costa Dalmata, pasando por Makarska, una hermosa ciudad de vacaciones ya completamente normalizada, pues Croacia había salido de la guerra hacia algún tiempo y en estos momentos el conflicto era solo entre Serbios y Bosnios, llegamos hasta Ploce y desde allí subimos hacia Mostar pasamos cerca del santuario de Mendjugore donde dicen que la virgen al que estaba dedicado era muy milagrosa, y allí se luchaba contra el diablo que había comenzado esa guerra para destruir a la cristiandad,. Mientras preparábamos el trasvase de nuestra mercancía a los vehículos logísticos de los cascos  azules pasamos un par de días en Mostar alojados en una casa que allí tenia Médicos del Mundo en la zona croata de la ciudad, al otro lado del puente de la zona bosnia (mucho mas bonita y destrozada por proyectiles de todo tipo) era inquietante que todos los vecinos del edificio de la casa donde nos alojábamos entraban y salían con el Kalashnikov colgado del hombro.

Al final salimos para Zenica, por una carretera que bordeaba el río Neretva, un caudaloso río en esa parte encajado entre montañas que me recordaba a la parte orensana del Sil ¿?, nada mas salir de Mostar atravesamos un puente construido por los ingenieros del ejercito español donde había un puesto de control con soldados españoles, ellos nos insistieron en que bajo ningún pretexto saliéramos de la carretera, para mear ni pasear ni nada, esa carretera estaba bordeada de minas y que también tuviéramos cuidado incluso si parábamos en la carretera pues a veces había francotiradores apostados, ahí comprendí porque había muchos accidentes de trafico entre las tropas, la cuestión de que les dispararan, que no suele resultar agradable, les obligaba a conducir deprisa y la carretera no era muy buena tenia muchas curvas y precipicios.

íbamos incrustados en un convoy de la ONU de los cascos azules, se suponía que era completamente seguro, pero iban con nosotros varios vehículos de combate y los camiones que llevaban la carga el parabrisas lo llevaban tapado con una plancha de hierro (eso si pintada de blanco) de tal manera que solo dejaba una estrecha franja para que el conductor pudiera ver, nosotros habíamos pegado en el capó de la furgoneta de Avis un adhesivo en el que se podía leer Мир сада, MIR SADA,  Paz Ahora en serbio y en Bosnio.

El camino recto era ir hasta Sarajevo y de allí a Zenica pero por razones que todos conocemos no se podía llegar ni pasar por Sarajevo por lo que hacia la mitad del camino tuvimos que atravesar unas montañas por pistas de tierra en las que los camiones lo pasaron francamente mal, y por fin llegamos a Zenica. Allí nos recibieron mas que afectuosamente, descargamos el camión en la sede de la asociación de Celiacos de Zenica y después fuimos a cenar y a dormir a la casa de alguien de la asociación, Vivian en unos bloque como los construidos en España durante el franquismo, como en San Cristóbal de los Angeles o tantos sitios unos bloque sencillos pero adecuados rodeados de un espacio que quizás fueron diseñados para ser jardines pero que en realidad eran “descampados”. En la casa nos dieron de cenar abundantemente, nosotros decíamos en broma que éramos la única ONG que en lugar de llevar comida a Bosnia nos la habíamos traído para España (de lo mucho que comimos), ya se el chiste no es muy bueno peo la cosa no estaba para chistes, durante la cena una cosa me llamó muchísimo la atención estaban pasando una especie de informativo por la TV y en las imágenes se veían a la guardia civil persiguiendo a unos narcotraficantes por las playas de San Roque en Cádiz, si estábamos en un país en guerra viendo por la tele lo que parecía una acción bélica en España¿?.

Al día siguiente nos llevaron a algunos sitios para que viéramos en que condiciones estaban, yo era el fotógrafo oficial de la expedición e iba cámara en ristre, nos llevaron a un hospital infantil sórdido con los niños enfermos en cunas de hierro antiguas, la verdad lastimoso hice unas fotografías impactantes que se quedaron Javier e Inés y que luego en alguna ocasión he visto expuestas en actos de la ONG, sin mencionar mi autoria desde luego….así son ellos, al salir del hospital pude ver a unos hombres “mujaidines” armados protegiendo la construcción de una mezquita dentro el hospital, no a estos no me atreví a hacerles fotos, la verdad es que un tío armado con un fusil (con barba o sin ella) impone bastante.

La vuelta hasta Mostar fue mas fácil, volvimos ya solos  por otra ruta mas larga pero por la que no tuvimos que atravesar las montañas, solo en un memento paramos a mear, sin salir de la carretera y yo aproveche para hacer unas fotos a un pueblo cercano, cuando un pastor que había por allí se me acerco y por señas me dijo que no lo hiciera que podía haber francotiradores….guarde la cámara y no volvimos a parar hasta Mostar.

La vuelta a España en la furgoneta fue larga y tediosa, estuvimos varios días en la furgoneta todos juntos y …en fin una pesadez .






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