Llegue
a México DF el 14 de febrero de 1994, llegaba allí dentro de lo que
he dado en llamar “El viaje largo”, que al final no fue tan largo
en el espacio, pues no pase de América aunque mi intención era dar
la vuelta al mundo, pero sí fue algo mas largo en el tiempo, duro
entre unas cosas y otras unos 10 meses. Como digo llegue a México DF
a encontrarme con mi amiga Valentina a la que había conocido en
Madrid 2 años atrás en el 92 durante la organización del Congreso
Internacional de Movimientos Sociales, y que a la sazón es una
arquitecta que participaba en la ONG Casa Ciudad que nació a raíz
del terremoto del 85 en México y que procuraba la construcción y
gestión de viviendas para los afectados por el terremoto, ella
también es/era muy cercana al PRD y conocía a gran parte de sus
diputados y cargos, de hecho el carnal del presidente del PRD de la
época también participaba en Casa Ciudad.
Los
días que pase en el DF con Valentina fueros fantásticos, ella es
una gran conocedora de la ciudad y una estudiosa del mundo azteca y
visitamos un montón de monumentos, lugares de interés y magnificas
cantinas, pero este tiempo merece una entrada propia y la tendrá. El
caso es que una tarde estando en la sede de Casa Ciudad, me dijo que
el Sub-Comandante Marcos (que era el portavoz del Comité Clandestino
del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional EZLN) había pedido a
la sociedad civil mexicana que organizaran un cerco alrededor de la
Catedral de San Cristóbal de las Casas donde iban a celebrarse las
conversaciones de paz, me dijo que si quería participar.
Inmediatamente le dije que si.
Una
tarde en una sesión de formación para los participantes del cerco ,
en la que entre otras cosas nos dijeron que lleváramos ropa blanca,
pues que al no estar seguros todavía de donde se iban a celebrar las
negociaciones, eso garantizaría nuestra identificación y seguridad
en cualquier entorno, allí aquella tarde conocí a Eli una chica que
también iría hasta San Cristóbal, y que viajaríamos juntos.
Los
diputados del PRD en la Asamblea Nacional nos consiguieron unos
billetes de avión hasta Tuxla Gutiérrez que es la capital del
estado de Chiapas, y allá que nos fuimos. Una vez en el avión
reconocimos gente que era evidente que iba también a participar en
el cerco y entre todos agarramos una “combi” en el aeropuerto
para subir a la sierra a San Cristóbal que estaba a unas dos horas
de la capital.
Nada
mas llegar a San Cristóbal fuimos a buscar alojamiento, encontramos
una pensión en la que dormíamos 4 en una gran habitación, estaba
bien, barata (nosotros nos pagábamos todos los gastos) y acogedora,
la habitación la compartía con otros tres chavales, estudiantes de
distintas partes de México, la verdad es que en esos días conocí
gente muy interesante, jóvenes estudiantes, yo era de los mas
mayores (tenía 34 años). Después de dejar las mochilas nos fuimos
al centro organizativo de ESPAZ (así se llamaba la acción de
interposición civil), me dijeron que había dos puestos disponibles,
uno en la vigilancia exterior en el pueblo para avisar de posibles
movimientos del ejercito o las “Guardia Blancas” que era una
especie de ejercito mercenario de los terratenientes, o la otra que
consistía en vigilancia de la sede de los voluntarios (un local
semejante a un museo que se llamaba “La Casa de las Imágenes) y
hacer café y té para llevar por las noches a la gente que estuviera
en el puesto, y me dijeron que al no ser mexicano hacer labores de
vigilancia externa podía ser problemático, y me adjudicaron la
otra. Tengo que reconocer que en un principio me molesto...¿hacer
café y té por las noches? Que mierda de misión era esa, hasta que
con el tiempo vi que no solo era muy importante, sino también muy
gratificante.
Las
conversaciones de paz entre el EZLN y el comisionado del Gobierno
Mexicano se celebraban dentro de a Catedral de San Cristóbal de las
Casas y alrededor de esta había tres cercos humanos, el primero
rodeando exactamente la Catedral estaba compuesto por miembros de la
Cruz Roja, pero el EZLN no se fiaba mucho de ellos pues pensaban que
podían ser policías y/o militares, el último y que rodeaba todo el
Zócalo (la Plaza Mayor) de San Cristóbal estaba formado por
militares armados, y ahí en medio es donde el EZLN pidió que se
pusiera otro cerco de la sociedad civil mexicana en la que ellos
confiaban (estratégicamente fue una medida admirable para implicar a
la población y poner en valor las acciones de las ONG´s).
El
EZLN cuando se alzo en armas el 1 de enero de 1994 se acogió a la
convención de Ginebra, es decir con todos los requisitos que este
tratado impone para que el conflicto fuera una “guerra legal” a
nivel internacional, con uniformidad, jerarquía y sobre todo una
declaración de guerra formal, es decir le declaro la guerra al
ejercito Mexicano, y esto era algo que los “milicos” no
soportaban, que unos “pinches” indios les declararan la guerra...
El
turno de noche de los voluntarios era de las 21 a las 7 horas,
durante ese tiempo hacíamos 6 salidas con café (infusión como lo
hacen en América, no mokka) té (de canela) y algunos dulces, los
compañeros nos recibían con toda clase de frases de agradecimiento
desde el clásico “gracias compañero” al mas elaborado “Usted
se va a ir al cielo con to y zapatos” la verdad es que te hacia
sentir muy bien, repartíamos lo que llevábamos a los voluntarios,
pero también les ofrecíamos si querían a los de la Cruz Roja y a
los militares. Estábamos en Marzo o abril no recuerdo, pero allí en
los Altos de Chiapas hacía mucho frio por las noches.
Algún
compañero nos decía que si podríamos llevar algo que no fuera café
o té pues terminaban su “puesto” y a veces no conseguían
dormir, estábamos pensando qué podíamos llevar cuando Paquita ,
una india Tzotil, nos enseño a hacer una especie de ponche
fantástico, había que hervir piña troceada (allí las piñas son
verdaderamente dulces) con jengibre y pimienta del reino. Esto hacia
un ponche sin alcohol que al tomarlo caliente con el picor del
jengibre y la pimienta resultaba muy eficaz para entrar en calor sin
teína o cafeína, todo un acierto de sabiduría indígena.
El
centro logístico de los voluntarios estaba como he dicho era un
lugar que se llamaba La Casa de las Imágenes allí se reunían los
participantes
y ademas durante el día estaba abierto para todo aquel que quisiera
información sobre la acción, bueno esto lo se porque me lo contaban
pues yo durante el día solía estar durmiendo, al atardecer había
una reunión de todos los voluntarios que quisieran asistir en la que
la gente de la organización del cerco nos informaban de como iba
todo y nos pasaban el vídeo integro de la rueda de prensa que daba
el comité negociador, este acto para mi desde el punto de vista
organizativo era muy importante y absolutamente innovador, y ademas
no he vuelto a verlo en ninguna otra acción de ONG's, esto construye
un equipo cohesionado entre los asistentes, hace participes mas allá
del mero cometido a los voluntarios, los implica políticamente, los
informa correctamente y amplia la valoración de su acción.
Las
fechas de la negociación coincidieron con un periodo de vacaciones
en la Universidad con lo que San Cristóbal se convirtió en un
hervidero de jóvenes y jóvenas concienciados y ansiosos por
participar, cuando llegaron la mayoría no quedaban habitaciones en
hoteles o pensiones, pero muchos de ellos lograron alquilar casas
donde vivían en plan comuna, no estuve en Mayo del 68 en París pero
debió ser algo así, casas en las que vivían políticos junto con
artistas, ácratas dispuestos a todo...en fin, para mí una locura
paradisíaca, allí conocí a Aimee, Violeta (que se hacia llamar
Violenta), Morelos Marx, Pancho , Erendina, Longoria y tantas otras y
otros.
Una
tarde nos anunciaron que los participantes en el cerco debíamos
estar todos a una hora en La Casa de las Imágenes, cuando llegamos
allí nos dividimos en dos grupos y nos encaminamos a la Catedral, el
Comité Clandestino del EZLN quería reunirse con nosotros, entramos
por una puerta lateral a la Catedral, llegamos a la nave central y
allí reconocimos el escenario que habíamos visto todas las veces en
las ruedas de prensa del EZLN, una gran tela blanca con una bandera
mexicana delante de donde estaba el altar mayor y una mesa con sillas
y micrófonos, nos sentamos en los bancos, colocados en semicírculo
para la ocasión, y de repente entro el Comité Clandestino del
EZLN, la Comandante Ramona, El Sub comandante Marcos, y el resto que
no recuerdo, sin mediar palabra se fueron hacia donde estábamos y
nos dieron la mano a todos uno por uno...tuve que contener las
lagrimas era un momento muy emocionante, nos daban la mano y las
gracias...no tengo palabras para describir mi emoción Al terminar de
saludarnos fueron hacia la mesa y nos dirigieron unas palabras, solo
recuerdo una de las cosas que dijo el “Sub” dijo que en esta
ocasión nosotros estábamos fuera, en el cerco y ellos estaban
dentro en el dialogo, pero que estaba seguro de que si fuera al
contrario nosotros defenderíamos lo mismo que ellos y con igual
fuerza, para mi fue un empujón definitivo para combatir por la paz y
la justicia social.
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