lunes, 23 de noviembre de 2020

La clandestinidad

 Durante los últimos años del franquismo (el real, el sociológico todavía perdura) estuve militando en la clandestinidad en un partido Marxista Leninista tendencia Mao Tse Tung, como nos denominábamos, no recuerdo exactamente como me contactaron, aunque si tengo claro que mi pasado scout tuvo que ver con mi aceptación de los parámetros de la lucha, por un lado Cesar del que ya he hablado y que desde pequeño, yo, no él, nos inculco la visión de que otro mundo era posible, aparte del que dibujaba el régimen franquista, y por otro lado Dan que cuando salimos todos los de mi “Quinta” del grupo scout empezamos a ir a su casa a escuchar música y a hablar y a que nos contara cosas todas muy interesantes, para ese entonces él y su novia ya militaban en la clandestinidad antifranquista, y algo se nos debió pegar....nos enseñó otro camino que no pasaba por las discotecas ni nada parecido, y conocimos a unas chicas, hermanas de su novia, y no eramos una pandilla, eramos “el grupo” y nos reuníamos para charlar, escuchar música, conocer teorías políticas, y el que podía ligar...

Con estos antecedentes en el Instituto al que iba el curso del 74 y 75 me contactaron, no recuerdo quien, pero me invitaron a una reunión, como digo esto para mi no era nuevo, pero a diferencia de las otras esta era una reunión clandestina, nos reuníamos en bares o cafeterías, no conocíamos nuestros verdaderos nombre, justo antes de empezar lo primero que hacíamos era decidir una coartada por si venia la policía, o cualquier otro, en aquel momento casi cualquiera hacia de policía, y si veía un grupo de jóvenes que les pareciera sospechoso te increpaban, te detenían o lo que creyeran conveniente, igual pasaba si te besabas con tu novia por la calle o cantabas en semana santa o cualquier cosa que pareciera altisonante, esto es lo que algunos añoran. Otra de la cosas que hacíamos al llegar al bar de la reunión era ir al teléfono publico, que por aquel entonces funcionaba con monedas o con fichas y lo inutilizábamos metiendo por la ranura un palillo que impedía meter monedas para llamar, lo siento.

En las reuniones hablábamos de modelos políticos y nos informaban de las acciones que se iban a acometer, huelgas, panfletadas y otras, también discutíamos de los interminables documentos que nos entregaban y que teníamos que guardar en lugar seguro pero accesible, en aquel momento tener cualquiera de estos documentos era delito y la policía podía entrar en tu casa y si los encontraba te acusaban, recuerdo que ademas nos entregaron un documento que se llamaba “Normas de seguridad y comportamiento ante la policía” leerlo daba mucho miedo, por aquel entonces eran míticos, para mal, los nombres de Billy el niño o el comisario Conesa. En este documento se especificaba como había que hacer una llamada de seguridad al miembro de la red que tenias asignado cuando llegabas a tu casa después de una reunion de “célula” y qué hacer si no recibías respuesta, es decir como quemar rápidamente todos los documentos que tenias en casa y otras cosas como huir...ahora suena un tanto gracioso, pero en aquel momento nos hacia vivir una tensión insoportable.

Ademas e reunirnos hacíamos algunas acciones en el barrio, un barrio obrero,San Cristóbal de los Ángeles, una de las cosas que hacíamos eran buzoneadas, es decir nos hacían llegar unos panfletos que normalmente llamaban a la insurrección de los obreros y nosotros quedábamos por la noche para meterlos en los buzones de las casas, en esta acción solíamos ir por parejas de chico-chica, en la medida de lo posible y si alguien nos descubría, o estábamos a punto de ser descubiertos el protocolo decía que debíamos ponernos en actitud cariñosa como si fuéramos novios, que aunque era punible era menos grave que estar repartiendo propaganda...una noche tuvimos que hacerlo una preciosa pelirroja y yo, esta eran alguna de las cosas “buenas” de la clandestinidad la tensión que vivíamos nos llevaba a apasionarnos fácilmente, igual solía pasar al final de las manifestaciones, en aquel momento todas las manifestaciones estaban prohibidas.

También hacíamos panfletadas, que era ponerse en un sitio concurrido a una hora concurrida y de repente tirar al aire los panfletos que llevábamos escondidos, que solían ser unos 50 o 100, recuerdo una vez en el metro de Legazpi que convocábamos a la manifestación del 1º de mayo, entonces en España no se celebraba, se celebraba San José Obrero, y hacían la Demostración Sindical, que era una especie de espectáculo gimnástico, muy a lo fascista o a lo soviet, la estética era muy parecida, en algún estadio de fútbol, nunca en Cataluña, y al lanzar los pasquines al aire resulto una especie de “performance” artística muy bonita, tengo que decir que mucha gente ni se atrevía a cogerlos del suelo pues estar en posesión de uno de estos papeles te podía llevar a la comisaria...

Pero sin duda la acción mas eficaz que llevamos a cabo y de la que me siento particularmente orgulloso (mi gusto por la eficiencia no es nuevo), fue el siguiente, en el barrio en el que actuábamos había unos soportales en los que estaban los mejores comercios del barrio, en todos ellos la pared frontal era un escaparate y la puerta era de cristal, pues bien nosotros convocábamos a una manifestación y teníamos unos carteles relativamente grandes para lo que solíamos usar, pues al finalizar el sábado y al cerrar las tiendas pasamos por todas ellas y deslizamos por debajo de la puerta el cartel, de tal manera que estuvo visible durante todo el domingo, hasta el lunes que volvieron a abrir las tiendas, una autentica gozada.

Como decía al principio todo esto fue antes de morir franco, después también estuve luchando pero ya fuera de la organización apoyando luchas y causas que me parecían interesantes, he de decir que en esa época fue la primera vez que oí hablar de ecología y no me gustaba nada la idea, bien es verdad que en esos momentos era mas conservacionismo que otra cosa, pero me pareció algo pequeñoburgués, tan atrasados andábamos (¿andamos?) en España.

Una de las grandes discusiones de aquellos tiempos que me ha perseguido hasta ahora es la diferencia entre táctica y estrategia, hoy en día lo tengo algo mas claro, pero en esos momentos para mi era un autentico galimatias.

Durante aquellos años no nos conocíamos los que militábamos pues como digo era clandestino, pero si nos reconocíamos cuando nos veíamos en otros grupos o participábamos en discusiones, se notaba a los pro-chinos como nosotros a los troskos de la LCR (El FRAP se acababa de disolver o se disolvió pronto) el PCE que era nuestro enemigo por el Euro-comunismo instigado por Carrillo que para nosotros era revisionismo de las tesis Marxistas, la ORT con su orientación cristiana... en fin lo que no vi fue a nadie del PSOE, este partido no existía, y no solo en la calle, tampoco en los movimiento políticos de mas alto nivel, la Plataforma Democrática, la Junta Democrática que luego se fusionaron en la Plata Junta, pues como digo el tal Felipe Gonzalez apareció como un fantasma (paracaidista) cuando ya estaba todo en marcha.

Por eso digo y no retiro ni una coma que la transición del 78 la hicimos nosotros el pueblo español, el emérito y el resto de los gobernantes que fueron luego estaban tranquilitos en su casa mientras los demás nos jugábamos en tipo en la calle, y no me importa no nos deben nada, no lo hicimos por ellos, lo hicimos por nosotros, pero que no vengan a tocarnos las pelotas (ni los ovarios).

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

 Bertolt Brecht

Imágenes cedidas por Base de Archivos de Propaganda Ramon Adell Arguilés



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