jueves, 12 de noviembre de 2020

Munich

 Al tiempo de haber realizado la semana de Andalucía en París, en la que actué como jefe de producción, se nos encomendó hacer la Semana de Andalucía en Munich, pero en esta ocasión mi participación fue mucho menor, pues la socia del dueño de la agencia a la que llamaremos Sue pensó que era un trabajo fácil y me aparto de este puesto atribuyéndome las tareas de cualquier otro productor, bueno la verdad es que quería echarme, pero no lo consiguió.

Cometió todos los errores que se pueden cometer en esta trabajo pero sobre todo uno principal, encontramos (el equipo) un proveedor en Munich para instalar la moqueta necesaria para el evento, pero a continuación ella siguió pidiéndole que realizara otras tareas como el personal auxiliar para el montaje, la serigrafía, los escenarios...es decir casi todo y el proveedor a todo le decía que si, pero cuando llegamos a Munich no tenia nada...es decir nada...solo la moqueta y ni siquiera eran los colores que necesitábamos...en fin un autentico desastre que se pudo solucionar con gasto y esfuerzo extra.

Nos alojamos en un hotel algo extraño, era un hotel de la cadena Four Seasons, estaba bien, estaba en uno de los edificios de la villa olímpica que construyeron para los juegos de 1972, a pocos metros de donde fue el atentado contra los atletas israelíes en aquel año, pero lo mas curioso del hotel es que estaba entre las plantas 7ª y 12ª del edificio, es decir la recepción estaba en la planta baja y desde allí unos ascensores te llevaban directamente arriba. La ventana de mi habitación daba frente a lo que debía de ser una factoría o almacén de BMW, de hecho el hotel estaba muy cerca del museo de la marca un edificio con el exterior como el Gugenhein de Bilbao pero con forma de copa gigante.

Nosotros montamos nuestra “feria-exposición” en el Olimpía Park, un espacio en el que se encontraban todos los pabellones y estadios que construyeron para la celebración de las Olimpiadas, unos edificios que a día de hoy siguen resultando sorprendentes, por lo que me imagino que en el 72 debieron ser una autentica bomba y una demostración del poderío alemán...aunque durante el tiempo que trabaje allí puse en duda ese famoso poderío y también las ganas de trabajar de los tíos que contratamos que, con honrosas excepciones eran bastante lentos, imprecisos y quejicas, yo solía decir que el “milagro alemán” era que esos tíos hubieran conseguido hacer algo de provecho...jajaja.

En cualquier caso al final el trabajo se realizo satisfactoriamente, yo no andaba bien...no en el sentido figurado, sino en el real, debí somatizar mi cabreo con la producción y me salieron unas ampollas en los pies que apenas podía andar, ademas Sue no había previsto transporte entre el hotel y el emplazamiento del trabajo (tenia que ahorrar después de los sobrecostes de la cagada que había hecho) y había que ir andando, no era mucho quizás unos 20 o 25 minutos andando, pero con mis ampollas en los pies resultaba completamente imposible, así que me dedique básicamente a ir con una interprete que teníamos (una chica alemana que había nacido y vivido en Tenerife) a hacer las gestiones fuera del “campo”, esto me dio oportunidad de conocer algo mas Munich y a enamorarme...si me enamore por completo de un Mercedes Clase B que es que conducía esta chica, me pareció un coche precioso.

En la ciudad de Munich descubrí, entre otros lugares fascinantes, la Casa Museo de Von Stuck, un  pintor, escultor, grabador y arquitecto del Simbolismo y del Art Nouveau, la casa era completamente asombrosa con el art nouveau aplicado en muebles y habitaciones, pinturas y esculturas un tanto atormentadas pero de una belleza intrigante y simbólica pase muy buenos ratos allí. También estuve en La Pinacoteca Antigua, un museo de pintura con bastantes cuadros de los grandes pintores europeos muchos de ellos de gran formato que he de decir que me resultan completamente fascinantes los cuadros de grandes dimensiones como los de Rembrandt o Altdorfer, aunque también me impresionaron mucho los pequeños Canaletto.

Mucho mas prosaicas pero igualmente satisfactorias fueron mis visitas a varias pastelerías del centro de Munich, una muy cercana a la Marien Platz tenia dos plantas, en la de abajo podías comprar para llevar un sinfín de pasteles y tartas y en la de arriba había una especie de salón de te, recuerdo que subí, me senté y pedí un Earl Grey, y un bollito, no recuerdo cual, mi sorpresa fue mayúscula cuando el camarero me trajo todo el servicio, con una tetera y un pequeño reloj de arena de tres minutos para que pudiera sacar el te al pasar ese tiempo o cuando creyera oportuno. También muy cerca de allí había aun restaurante japones, bueno en realidad era una barra de Shusi con bufete libre en el que desde luego podías comer lo que quisieras con una sola limitación, no podías estar allí mas de una hora y media, yo creo que conmigo perdieron dinero.

También en el Olimpía Park, en una parte menos urbanizada, mas tipo parque rural se celebraba el Tollwood, que era un mercadillo hippie, bueno y no tan hippie, gigante con muchos puestos de cosas de India, bares, actuaciones, ropa de segunda mano (estuve a punto de comprarme unos pantalones cortos de cuero), al final me compre un mandala de tela de estos grandes que igual sirven para tumbarte en la playa que para decorar una pared de tu casa y la colgué en la habitación del hotel para darle un poco de personalidad y hacerla sentir mas como mi casa, a partir de ese día siempre que tuve que pasar temporadas en un hotel compraba algo para hacerla mas miá, recuerdo que meses después en Lisboa compre unas estanterías de esas de tela que puse en el baño y me acompañaban siempre.

En el día libre que tuve, mientras algunos de los compañeros de la producción se iban de visita turística a Dachau, algo completamente incomprensible para mi, yo fui a Salzburgo que no pillaba muy lejos y había buena comunicación, la ciudad me impresiono por muchos motivos, nada mas bajarme del tren había un Rolls Roice esperando en la puerta, precioso de color champagne y gris...no, no era para mi pero era muy bonito, era asombroso que toda la parte antigua de la ciudad estaba cuajada de claveles rojos, para mi fue una autentica revelación, pues yo siempre había asociado los claveles con Andalucía, y desde luego no con zonas montañosas, luego volví a ver lo mismo en Sabiñanigo en Huesca.

En Salzburgo todo es Mozart, el casco antiguo esta repleto de pastelerías con todo tipo de dulces con la efigie de Mozart, y por todos lados puedes ver carteles de “aquí vivió Mozart”, “aqui estaba el bar donde Mozart tomaba café”, "aqui vivía el padre de Mozart”, en fin le sacan un provecho exagerado. Estando en la ciudad fui a una farmacia y me compre un bastón, un bastón clásico de madera, que luego utilice tanto en Alemania como en España a mi vuelta, y que termino pidiéndomelo mi padre para andar con el, cuando mi padre murió lo recupere y ahora sigue estando en casa de María, es un bastón normal y recuerdo que cuando lo compre el farmacéutico me dijo que lo probara, y con una sierra lo corto a la medida que él sabía que me vendría bien, luego le puso un taco de goma en el extremo y hala...

Como decía antes para este montaje contratamos varios “handies” para que ayudaran en todo tipo de tareas y estos de Munich no paraban de quejarse, en una ocasión tenían que montar un par de centenares de metros de farolillos de papel para adornar el exterior de las casetas y hubo que hacerlo dentro de uno de los pabellones deportivos pues había riesgo de lluvia, pues no pararon de quejarse en todo el tiempo, además estaban todo el día pegados a uno de esos grifos de refrescos que habíamos instalado para beber durante el trabajo, que luego a la imaginativa Sue le dio por esconder bajo llave, ellos bebían una mezcla de coca cola y fanta de naranja, que yo luego he bebido cuando tomo esos refrescos y que abre un montón de posibilidades con la mezcla de los distintos sabores. También en Munich vi por primera vez casas de alquiler de coches en los que podías alquilar por un precio no demasiado elevado un porche o un mercedes, nuestro arquitecto alquilo un porche 911 negro y contaba sus proezas subiendo por las carreteras de montaña de los Alpes, y el jefe que era mas snob todavía alquilo un Mercedes SLK descapotable.

El estadio de Fútbol de Munich donde juega el Bayern (hasta hace algunos años jugaba en el Olimpía Park) y el otro equipo de Munich el TSV es el Allianz Arena y es un campo de fútbol con algunas particularidades la primera de ellas es que el Ayuntamiento de Munich hizo un referéndum para decidir si construían el campo o arreglaban el antiguo y la segunda es que la cubierta exterior es de un tipo de plástico que puede ser iluminado con colores diferentes, de manera que cuando juega el Bayern es de rombos azules y blancos y cuando juega el TSV es completamente rojo, haciendo gala de una buena utilización de la ingeniería y evitando la construcción de dos campos con lo que conlleva de ahorro de todo tipo de recursos no renovables.








No hay comentarios:

Publicar un comentario