domingo, 6 de septiembre de 2020

11 de Septiembre

 Para mi el 11 de septiembre siempre me había recordado al asalto al Palacio de la Moneda de Chile y el derrocamiento de Salvador Allende, y después a la Diada de Cataluña, esta última sobre todo porque no nos dejan olvidarla. Pero el 11 de septiembre de 2001 nos cambio a todos y convirtió esta fecha en el aniversario de la caída de las torres gemelas de Nueva York.

En aquella fecha María y yo planeábamos una semana de vacaciones, la primera después del nacimiento de nuestro hijo Eduardo, por fin habíamos convenido dejarlo con mis padres y mi madre desde luego había aceptado. Pensábamos mucho a donde ir María quería ir a Nueva York pues había tenido una muy buena experiencia la última vez que había estado y le parecía que estaría bien volver, yo sin embargo (como me decía un tío que conocía) soy tan “snob” que no me gusta ir ni a Nueva York ni a Londres... después de algún tiempo consensuamos ir a Estambul.

Compramos un paquete que incluía el avión (con la Lufthansa y escala en Frankfurt cómodo y alemán) y el hotel, un hotel no muy caro cerca del Gran Bazar, en una zona muy frecuentada por turistas rusos, casi todos los huéspedes del hotel eran rusos y que ofrecía un desayuno turco con queso tipo feta, aceitunas negra y muchas mas cosas en una terraza verdaderamente magnifico. Se le nota a Estambul que estaba acostumbrada al turismo americano pues era muy fácil de viajar los cafés, los taxis, las entradas a los monumentos, el Bazar todo era muy accesible y disfrutable, si bien el Gran Bazar llega a ser un poco aburrido pues es enorme y muy bullicioso con bares y restaurantes dentro pero los productos que ofrecen en las tiendas son todos iguales o muy parecidos.

Durante los días que estuvimos allí hicimos básicamente el turista, visitamos los monumentos, Santa Sofia, una autentica delicia que impresiona al recordar que fue construida en el siglo VI , La mezquita Azul hecha por un Sultán para contrarrestar la magnificencia de Santa Sofía, la mezquita de Ortokay un edificio exento, de estilo casi plateresco que nos dejo alucinados, el palacio de Dolmabahçe a orillas del Bósforo y del que recuerdo una enorme escalera con la barandilla de cristal de Murano de esas que te hace despertar el síndrome de Stendhal, el Palacio de Topkapi con las dependencias del Haren y el Tesoro que muestra con absoluta certeza el esplendor Turco de otras épocas con joyas y piezas de arte de oro y plata entregadas por los sultanes a sus amantes que recuerdan la sutileza del amor, y muchas otras mezquitas a lo largo de la parte antigua de la ciudad todas con algún capricho que las hace merecedoras de una visita. Otro sitio fascinante para mi es la Cisterna de Medusa, un aljibe que hay bajo la ciudad en el que se encuentran dos estatuas de Medusa con su hipnótica mirada y ademas para mi es un lugar especial pues allí se rodó la película “Desde Rusia con amor”, con un Sean Conery en el papel de “007” subyugador.

Uno de los días fuimos a dar un paseo por el Bósforo el canal que une el mar negro con el mediterráneo, y que es cruzado constantemente por petroleros que llevan su carga desde esa zona al resto del mundo y estos pequeños barquitos que llevan a turistas y nacionales a lo largo de todo el canal parando en las Iskalasi (escalas) donde sube y baja gente y te permite ver los Yalis preciosos palacios y casas de campo lujosas a orillas del canal, la primera escala la tiene en Uskudur que ya es Asia, allí bajamos y merendamos unos empalagosos baklaba bañados en miel, pero que acompañados por el yogur cremoso de Turquía, equilibra con su amargo sabor el dulzor del pastel y lo convierte en algo delicioso.

En general una de las mayores sorpresas para mi en este viaje fue la comida, pude constatar eso que dicen de que a lo largo del mediterráneo hay una gastronomía muy parecida, pero allí sin la industrialización de esta parte occidental se puede disfrutar de berenjenas, calabacines, pimientos fritos que se pueden ver por montones en los escaparates de los restaurantes, así como pescados fritos y mejillones empanados.

Visitando el Estambul de aquella época tuve la visión de como seria una sociedad musulmana pero con una forma de vida y de gobierno mas “occidental” podríamos decir (donde las mujeres pueden ir a bares y tomar café o lo que quisieran sin problema y el parlamentarismo y la separación de poderes funcionaban como en el resto de Europa), en ese momento para mi Turquía podría haber formado parte de la UE sin problema pero los países europeos no querían, como decían ahí perdieron la oportunidad de demostrar que no era un club solo para blanquitos cristianos, pero no lo hizo, allí en Estambul yo soñaba en que Marruecos, un país al que amo tanto, podría avanzar en ese camino...pero hoy en día es justo al contrario Marruecos no ha avanzado y Turquía ha retrocedido.

Y al final llego el día, bajamos del desayuno para ir a uno de nuestros paseos cuando en la recepción del hotel vimos a todo el mundo alrededor de la televisión completamente hipnotizados, nos acercamos a ver que pasaba y ni entendíamos ni podíamos creer lo que veíamos, unos aviones chocando con las Torres Gemelas de NY, estuvimos allí un rato y a pesar de que las imágenes eran impactantes salimos al Gran Bazar a dar una vuelta, estaba particularmente vacío, no había muchos turistas y pasando por la puerta de una joyería de esas de oro de poca calidad un turco nos pregunta de donde somos, le decimos que españoles, y nos dice “ahora Nueva York caput, luego Madrid caput...,nos quedamos mirándole con una cara...., que el tipo solo acertó a decir después con gesto compungido...y luego Estambul caput.

Volvimos a España sin mucha dificultad, cosa que no hubiera ocurrido si como pensábamos en un primer momento hubiéramos ido a Nueva York.

Al año siguiente el 2002 pase el 11 de septiembre en una sala llena de televisores por los que veíamos Al Jazzira y un montón mas de cadenas de TV árabes que no paraban de emitir la caída de las Torres gemelas y películas tipo Rambo en la que el imperialismo americano era una constante hiriente, no me lo podía creer, nos había citado una ONG con la que trabajábamos, yo iba acompañando a mi amigo Alberto, Concejal de Villalba una pequeña ciudad a las afueras de Madrid, nos habían citado allí en la sede oficiosa de la Autoridad Nacional Palestina en Madrid una especie de chalet por la zona de Pio XII cuando llegamos allí salieron a recibirnos unos tíos enormes con un gran bulto debajo del sobaco y atravesamos el jardín, muy descuidado, hasta llegar al edificio que ,como digo, era un chalet grandecito con todas las ventanas cerradas a cal y canto y algunas inutilizadas por barras de hierro, al entrar nos llevaron por unos pasillos y dependencias mal iluminadas hasta llegar a la sala en la que se encontraban Kamel al Salem delegado de la Autoridad Nacional Palestina en Madrid con otros concejales allí estuvimos preparando el viaje de unos niños de Palestina a Madrid, hablamos con el Alcalde de Belem y de Jerico y...en fin bastante inusitada toda la tarde.

Bueno el resto de los 11 de septiembre hasta hoy no han sido relevantes.


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